La andadura continúa hacia el NO. por el cordal de Ponga, pasando sucesivamente por el alto La Biesca, las peñas del Covallón, la Colladiella, que dividen los concejos de Caso y Piloña; seguimos por la izquierda del Orru Faceu y finalmente culminamos en la arista que conduce a la cima del Faceu (1232 m.), excelente mirador sobre los montes de Caso y Piloña.
Desde el Faceu descendemos al N., a una planicie donde enlazamos con la senda que recorre el cordal, que desciende por les Fontiques y nos conduce a la Collada Llamosa junto a las camperas del Sellón, donde hay ruinas de una antigua ermita, la Ermita del Sellón.
Retornamos a la senda, (por debajo de ella, a la izquierda hay una fuente con abrevadero) que se asoma sobre el pueblo de La Marea y sus satélites, El Fresnedal, La Motosa, Miera, La Travesera... Infinidad de pueblos y caseríos asoman entre bosques y prados adornando la panorámica.
Iniciamos una ligera ascensión por la falda del Cantu de la Cabeza (887 m.). En algunos lugares, el camino se convierte en senda, y pasa junto a una fuente antiquísima, -hoy sin agua- que se encuentra a la derecha del camino. De nuevo, nos situamos sobre el valle de Espinaréu, rodeado de agrestes cumbres, para pronto abandonarlo y pasar al opuesto que se estira sobre El Piñuecu, Les Melendreres, El Raposu, Vegarrionda.
Y ya comenzamos el ligero pero prolongado descenso, que sin cesar, va a acercarnos a Lozana. El camino baja transformado en senda. A pesar de que la maleza pretende ocultarlo en algunos tramos, podemos observar en perfecto estado el muro de contención. La vegetación sufre un notable cambio. Espineras, acebos, tojos y un poco más abajo, castaños, robles y fresnos, van sustituyendo el matorral del monte bajo. Una campera, -muy a menudo fozada por los jabalíes- nos espera por encima de unas cabañas.
El descenso, continúa por la izquierda de esta y aunque en algunos tramos la senda pretende despistarse, debemos descender a una pradería cercada, con un tendejón en su interior. Prosigue por la izquierda de los pueblos de Sierra y San Vicente, sin pérdida hasta Lozana, en donde se hallan las casonas de Salceda y de La Garrida, las dos del siglo XVIII.
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